Slow life: 7 Claves para vivir más consciente y persiguiendo tu autenticidad
¿Por qué puede ayudarnos ser más conscientes de nuestros actos en el día a día? ¿Qué podemos hacer tener una vida más enfocada en nuestra autenticidad? Descubre cómo practicar el slow life.
En el mundo actual que cada vez va más y más rápido, tener una vida más lente puede ser más que necesario. Practicar un slow life implica saborear cada momento, simplificar y vivir la vida teniendo en cuenta lo que tú quieres y no lo que desean los demás. Al tomar conciencia y tener un estilo de vida más tranquilo esto puede ayudarnos a aumentar nuestro bienestar. Pero, ¿qué podemos hacer para ralentizar nuestro ritmo de vida?
¿Por qué deberíamos practicar el slow life?
Tener una vida más consciente, puede ayudarte en los siguientes aspectos:
- Reducir el estrés: El slow life también implica estar enfocados en lo que realmente nos llena y dejar de lado todo aquello que nos limita o nos hace adquirir un estilo de vida demasiado ajetreado.
- Mayor gratitud: Reducir nuestro ritmo de vida también está relacionado con ser más agradecidos con lo que sucede y con lo que hemos logrado. Es decir, nos da una mayor conciencia sobre aquello que tenemos y disfrutamos más de nuestra vida.
- Relaciones más significativas: Enfocarse en tener una slow life implica, también, centrarnos en construir relaciones más fuertes y significativas con los demás.
- Mayor sentido de propósito: Al reducir nuestro ritmo, esto también implica ser más conscientes de nuestro sentido y propósito.
- Más autenticidad: Esto significa ser más fieles a lo que sentimos y sobre todo, entender qué es lo que realmente deseamos y perseguirlo con toda nuestra motivación.
Claves para practicar el slow life
Algunos de los consejos que pueden ayudarte a practicar el slow life e integrarlo en tu vida son los siguientes:
- Empieza tu día con atención plena: Comenzar el día con una intención clara, te ayudará a sentirte más conectado contigo y sobre todo a ralentizar el ritmo. Es decir, en lugar de empezar el día con una rutina, intenta tomarte unos instantes para respirar profundamente, estar agradecido y establecer las intenciones positivas para el día que tienes por delante.
- Desconéctate en diferentes instantes: Estar constantemente pendientes de nuestro teléfono móvil puede resultar completamente abrumador. El bombardeo de notificaciones, correos electrónicos y las actualizaciones de redes sociales puede dejarte poco espacio para sentir la vida en el presente. Por lo que, una manera de practicar el slow life es empezar a desconectar de la tecnología, es decir dejando apartado cualquier aparato electrónico.
- Prioriza tu autocuidado: El cuidado personal es crucial para tu bienestar. De hecho, normalmente, es lo primero que descuidamos cuando llevamos un ritmo frenético en la vida. Por lo que, para conseguir implementar el slow life en nuestras vidas, una de las claves será centrarnos en nuestro autocuidado personal. Esto significa centrarnos en aquello que nos relaja, nuestro cuidado personal, cuidar nuestra dieta, realizar ejercicio con regularidad, entre otros.
- Cultiva la gratitud: La gratitud se trata de una actitud que puede ayudarnos a cultivar una mentalidad de vida más lenta y centrada en vivir de pleno el presente. Para practicar la gratitud debemos intentar dar reconocimiento a todos los aspectos positivos que están sucediendo en nuestra vida. Por lo que se trata de cambiar tu enfoque de lo que falta a lo que abunda.
- Dedica tiempo a desarrollar tu creatividad: En medio del ajetreo de la vida diaria, puede ser todo un beneficio para ti intentar dejar espacio para pasatiempos creativos que te ayuden a encontrar una mayor alegría y te permitan, además, expresarte y cultivar tu autenticidad. Por lo que, una de las maneras de practicar el slow life es precisamente centrarte en actividades creativas como las manualidades o el arte.
- Establece límites: Una de las principales causas por las que las personas pueden padecer un ritmo de vida demasiado frenético es precisamente no poniendo límites a los demás. De esta forma, debes aprender a decir que no cuando es completamente necesario, es decir, cuando sientes que no quieres o que no puedes.
- Acude más a la naturaleza: Tener un mayor contacto con un entorno natural también te permitirá practicar el slow life. De hecho, la naturaleza nos recuerda la importancia de los pequeños instantes.
Vivir más lentamente, o centrarnos más en el presente, no implica hacerlo todo de manera lenta, sino intentar estar más conectados y ser más conscientes de nuestras elecciones. Por lo que, al practicarlo, esto conlleva sentir un mayor bienestar tanto físico como mental. Por lo que, el slow life es una de las claves que te permitirá encontrar un ritmo de vida que funcione para ti. Al adoptar estos principios, puedes crear una vida mucho más significativa, intencional y en sintonía con tu yo auténtico. Es decir, volverás a sentirte conectado contigo mismo.