​Decálogo del buen paciente

El mundo de hoy en día se rige por la inmediatez. Ser paciente es un don que poseen muy pocas personas y no siempre logran utilizarlo.

31 AGO 2024 · Lectura: min.
​Decálogo del buen paciente

Lo primero que asociamos a la palabra paciencia es esperar. Sin embargo, la palabra paciencia viene del latín patientia y significa "cualidad del que sufre". Esta acepción se utilizaba para el ámbito hospitalario. En ella la paciencia se asocia al sufrimiento.

Aristóteles decía que la paciencia era "el equilibrio entre emociones extremas. Con ella (la paciencia) se consigue sobreponerse a las emociones fuertes generadas por las desgracias o aflicciones. Para ello es necesario un entrenamiento práctico ante el asedio de los dolores y tristezas de la vida…" Plantea la paciencia como un rasgo positivo de la persona y que se puede entrenar.

También es conocida la aseveración sobre "la paciencia como la unión de las palabras ciencia y paz." Quien logra tener la capacidad de ser paciente, alcanza la paz.

Depende de cada quien el significado que toma la palabra y como la implementa -o no- en su día a día.

¿Qué significa ser paciente?

Ser paciente no es solo esperar, sino tener la capacidad de mantener la calma sin quejas ni apuros, aun en situaciones difíciles. Ser paciente es aceptar que transcurra el tiempo que sea necesario para que cada cosa suceda. Esto no significa adoptar una postura pasiva de cruzarse de brazos y esperar a que surja un milagro.

Ser paciente nos permite obtener los resultados que deseamos, de forma lógica y efectiva. Cuando, por el contrario, la inmediatez o la negación al esfuerzo cobran protagonismo, la frustración gana la partida y las respuestas no serán las esperadas.

De esto se trata iniciar un espacio de autodescubrimiento y desarrollo personal. Sea el espacio Psicoterapéutico o de Yoga, en ambos es necesario ser paciente. No se logra en una o dos sesiones, de psicología, cambiar todo lo que creemos está mal en nosotros y resolver todos los problemas que nos aquejan. Tampoco en tres sesiones de Yoga se logra sentir comodidad en las posturas.

Veamos cómo sería un decálogo del buen paciente

  1. Respetar el proceso, aprendiendo a darse tiempo, a ser paciente con uno mismo. Dar pequeños pasos para salir de donde empezamos y llegar adonde queremos. Aceptar que lleva tiempo acomodar las emociones, los pensamientos o la respiración y el cuerpo para notar los cambios que buscamos, la superación y desarrollo personal que nos proponemos.
  2. Tomar el compromiso acorde al espacio que se genera. Es parte del respeto al proceso. Ser conciente de que es necesario comprometerse con estar presente en las sesiones y dar lo mejor y lo posible de uno mismo para avanzar, sea en desarmar un entramado psicológico, como para avanzar en la postura y meditación.
  3. Reconocer las oportunidades que se presentan en cada sesión de Psicoterapia o de Yoga, para conocer nuestras habilidades y destrezas (psicológicas y/o físicas), como también para conocer las vulnerabilidades emocionales, mentales o físicas.
  4. Disponer de apertura y buena disposición para explorar y avanzar en cada momento del proceso. Es importante no dejarse ganar por los tropiezos y ser perseverante para superar los desafíos que se plantean en cada sesión, sea que no encontramos respuestas a algunas preguntas, que lo que sale en sesión no es lo que esperábamos o lo que más nos gusta, o que no logramos ubicar alguna parte del cuerpo para armar la postura.
  5. Generar confianza con el profesional a cargo. No implica generar una amistad, sino la confianza necesaria para que pueda invitar y guiar el proceso de introspección y descubrimiento personal. Poder seguir las instrucciones y encontrar la comodidad tanto en las posturas de Yoga, como para poder abrirse a mostrar las emociones o pensamientos, que muchas veces, pueden ser intimidantes para uno mismo.
  6. Mantener una posición activa. Seguir adelante con determinación y compromiso aunque muchas veces nos encontremos con nuestras propias limitaciones. Para esto hay que aceptar concientemente que cada proceso lleva su tiempo y que apresurarlo solo generará frustración. A la vez que es necesario conocer los tiempos de cada quien, pues somos personas distintas, con tiempos distintos.
  7. Agradecer por el acompañamiento del profesional durante todo el proceso pero también agradecer-se a sí mismo por los desafíos superados y los nuevos propósitos que van surgiendo en el transcurso del proceso. De alguna manera ser compasivo y amoroso con uno mismo, principalmente frente a las limitaciones que pueden presentarse.
  8. Celebrar los logros, por pequeños que sean. Esto es esencial para mantener la motivación y la perseverancia. Ya sea una nueva postura en yoga, una nueva perspectiva en terapia o simplemente un día en el que te sientas en paz contigo.
  9. Dar el primer paso. Lo importante es comenzar, salir de donde se está para ir diseñando el camino y llegar de la manera posible a donde queremos. Si un dolor emocional impide disfrutar de la vida, hay que dar el primer paso y contactar a un psicoterapeuta. Si el cuerpo siente algún malestar (luego de visitar al médico especialista) contacta con una profe de Yoga para comenzar a mover el cuerpo y calmar la mente.
  10. Intentar las veces que sea necesario. Quizás el primer espacio Psicoterapéutico al que se accede o el primer centro de Yoga al que uno asiste, no son lo que esperábamos, y no necesariamente porque sean malos, sino simplemente porque no "encajan" con uno. Es importante sentirse cómodo con el espacio y el profesional y si no sucede de primera pues se intenta una segunda.

En definitiva, la paciencia es una condición para encarar cualquier proceso de crecimiento y desarrollo personal. Sea bien en un tratamiento de Psicoterapia o en la práctica transformadora del Yoga, aprender a ser paciente nos permite mantener el compromiso, respetar los tiempos y confiar en el proceso. Solo de esta manera se alcanzan los cambios que se buscan y la posibilidad de implementarlos en el día a día.

Espero que este Decálogo del Buen Paciente te sea de utilidad para tus procesos de desarrollo personal. No solo para el espacio psicoterapéutico o de yoga, sino para tu vida en general: en tu trabajo, en tus relaciones. Ser paciente es una cualidad de la persona y no solo de una situación.

Bibliografía

  1. Calle, Ramiro. El arte de la paciencia. Barcelona: Booker, 2018.
  2. Wilber, K.. A Theory of Everything: An Integral Vision for Business, Politics, Science, and Spirituality. Boston: Shambhala Publications, 2000.
  3. Jung, C. G. Man and His Symbols. New York: Doubleday,1964.
Escrito por

Vanesa Fernanda Paz

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