10 Claves para desarrollar la inteligencia emocional

Tener inteligencia emocional implica ser capaz de percibir, manejar y expresar las emociones de manera efectiva. De la misma forma que pasa con el coeficiente intelectual, la inteligencia emocional varía de una persona a otra. Mientras que algunas personas tienen la capacidad de controlar y reconocer las emociones desde pequeñas, otras pueden requerir de más trabajo para tener ciertas habilidades emocionales. Entonces, ¿Cómo podemos desarrollar la inteligencia emocional?

Cómo mejorar la inteligencia emocional

A través de la práctica y el trabajo personal, las personas pueden obtener una mejor comprensión emocional. Algunas de las técnicas que puedes seguir para desarrollar tu inteligencia emocional son las siguientes:

1. Aprende a tener más conciencia de ti mismo/a: La autoconciencia es la capacidad para saber qué sientes y cómo lo estás sintiendo. De este modo, cuando no tienes autoconciencia, es casi imposible poder manejar tus emociones ya que no las puedes identificar correctamente. Para poder tener una mejor comprensión emocional debes intentar comprenderte a ti mismo/a y analizarte en tres niveles: lo que estás haciendo, cómo te sientes al respecto e identificar las emociones que surgen al respecto. Una técnica que te puede ayudar en el desarrollo de la inteligencia emocional y a tener una mayor autoconciencia es precisamente escribir un diario. Esto puede permitirte reflexionar sobre cómo te comportaste en las interacciones y tomar nota de las cosas que te molestaron o que te gustaría mejorar a nivel emocional.
2. Autorregulación: Para mejorar el control de las emociones y la inteligencia emocional las técnicas de autorregulación pueden ser muy útiles. Por ejemplo, practicar ejercicios de respiración profunda con regularidad, especialmente durante los malos días o en un conflicto te permitirá mejorar las habilidades de la inteligencia emocional. Otra forma de poder aumentar la inteligencia emocional a través de la autorregulación es intentando aceptar cualquier emoción que nos surja y verbalizando lo que sientes en cada instante.
3. Aprende a motivarte: Cuando decidas que quieres hacer algo nuevo, una buena idea es intentar identificar el ‘por qué’. Además, para mejorar tu inteligencia emocional y obtener más motivación siempre puedes realizar una lista de tus tareas pendientes y dividirla en parte más pequeñas. De esta forma podrás terminar más rápido estas microtareas y obtendrás más satisfacción personal. La motivación también es una de las partes fundamentales de la inteligencia emocional.
4. Desarrolla tu empatía: Aumentar la inteligencia emocional también implica trabajar en la empatía. Para tener una mejor comprensión emocional debes intentar ponerte en la piel de los demás. Observar a las personas de tu alrededor, sus gestos o su lenguaje corporal puede ayudarte a desarrollar tu inteligencia emocional.
5. Identifica tus valores: Las emociones están muy ligadas a aquello valoramos y a lo que no. Entonces, para poder mejorar nuestra inteligencia emocional debemos tener claro aquello que valoramos ya que estará muy relacionado con lo que sientas en cada instante. Identificar tus valores, te permitirá aumentar tu inteligencia emocional y saber gestionar mejor tus emociones.
6. Reconoce y nombra tus emociones: Otra de las habilidades propias de la inteligencia emocional es saber identificar y distinguir nuestras emociones. Para conseguirlo debes tomarte un tiempo para anotar y etiquetar tus sentimientos. Al dar un nombre a una emoción o sensación podrás comprender mejor el por qué la experimentas.               
7. Lee libros sobre la inteligencia emocional: El pensamiento emocional también se puede aprender a través de los libros. Por suerte, existe mucha literatura realizada por expertos en el ámbito. Aprender conocimientos sobre cómo funciona la inteligencia o psicología emocional también te ayudará a desarrollarla.
8. Detecta tus fortalezas y vulnerabilidades: Para desarrollar nuestra inteligencia emocional también debemos comprender cuales son nuestras fortalezas y vulnerabilidades. Para identificarlas puedes realizar una lista sobre aquello que te gusta y sabes hacer y aquellas cosas en las que no destacas.
9. Identificar las emociones negativas: Una gran parte de la inteligencia emocional radica en la gestión emocional. Aprender a lidiar con nuestros sentimientos negativos puede hacernos más resistentes e inmunes ante las situaciones de estrés o los malos días. Para ello, debes intentar evitar las conclusiones en los malos momentos, así como comprender la perspectiva de los demás en estos instantes. Usar una doble atención, es decir, ver la situación desde otro ángulo como si fueras un espectador puede ayudarte a controlar un pensamiento emocional y alterado por tu negatividad.
10. Aprende a manejar tu estrés: Estudios recientes han apuntado a que las personas con una mayor claridad emocional y conciencia manejan mejor el estrés que otras. Especialmente en el lugar de trabajo, el estrés y el agotamiento pueden provocar una marcada degradación de nuestras capacidades emocionales e influir en la forma en la que respondemos a ellas. Además, la exposición prolongada al estrés sin una estrategia de afrontamiento eficiente puede ser una de las causas de desarrollar ciertos problemas de la salud mental. Para aumentar tu inteligencia emocional y tener un mayor control ante estas situaciones debes intentar introducir diferentes técnicas en estos instantes (como la respiración profunda o un descanso momentáneo) para aprender a lidiar con el estrés.

Algunas personas tienen inteligencia emocional de forma natural, mientras que otras necesitan trabajar un poco más en ello. Sin embargo, vale la pena tener una mayor comprensión emocional por todo lo que implica. Desarrollar nuestra inteligencia emocional equivale a mejorar en muchas áreas de la vida. De hecho, aprender de psicología emocional puede ayudarte a conocerte mejor y a encaminar tu vida hacia donde realmente quieres. Quién es capaz de controlar las emociones, tiene la habilidad de conseguir lo que se propone en la vida. Por ello se trata de un conocimiento muy útil.