Como su nombre indica, el Focusing da enfoque, específicamente, a estas sensaciones corporales, siendo una poderosa técnica para trabajar el bienestar emocional y la toma de conciencia.
¿Qué es el Focusing?
El significado del Focusing es prestar atención a las sensaciones y señales del cuerpo, permitiéndote ampliar el autodescubrimiento y trabajar los temas que generan malestar emocional. Consiste en centrarse, sobre todo, en las sensaciones corporales experimentadas y estar atento a lo que dice el cuerpo, con respecto a experiencias, eventos, emociones, problemas o situaciones difíciles.
Toda situación vivida desencadena emociones. Cuando se está en contacto con uno mismo y se tiene este enfoque corporal completo, es posible percibir las sensaciones sentidas, comprender mejor las experiencias y motivar los cambios hacia el bienestar emocional.
En un primer momento, las sensaciones sentidas son sutiles y, muchas veces, no son reconocidas como señales del cuerpo en relación con una situación o una experiencia que se está vivenciando. Y es ahí que entra en Focusing, exactamente para dar enfoque a estas sensaciones y hacerlas destacar. Con la técnica, es posible activar una escucha activa para prestar atención a las señales corporales, que se desencadenan por situaciones de ansiedad, problemas emocionales, etc.
Esta consciencia corporal es una poderosa herramienta que permite interactuar con los sentimientos, aumentar la conciencia y trabajar hacia la cura emocional. Conectar con lo que uno siente en relación con las situaciones vividas, permite ampliar la perspectiva, reconocer nuevos matices y cambiar la forma de afrontar los problemas de la vida. Consiste en un enfoque corporal, una experiencia que se da desde adentro, es fluida y de curación emocional.
En el Focusing, el proceso de autoconsciencia y de sanación emocional es corporalmente orientado. Es decir, la identificación de las señales de malestar, el reconocimiento del problema y la busca por soluciones se da por medio de respuestas enviadas por el cuerpo, y no por la mente.
En esta línea, se entiende que el cuerpo registra sentimientos y sensaciones por las que nos deparamos a lo largo de nuestra vivencia. A través de este enfoque corporal en un proceso experiencial es posible, primeramente, identificar y, luego, cambiar la manera de lidiar con las adversidades y problemas.
Es importante destacar que el Focusing no es un proceso terapéutico, sino una técnica que puede utilizarse como recurso en la terapia, o incluso, ser aplicado por uno mismo como forma de autoconocimiento y para el alivio emocional.
Origen del Focusing
El Focusing tiene su origen en los años 60, a partir de los estudios desarrollados por el filósofo y psicoterapeuta austriaco Eugene Gendlin.
Eugene Gendlin
Gendlin realizó una investigación sobre el proceso de la psicoterapia, comparando los casos exitosos con los no exitosos. En el estudio, ha descubierto que en las sesiones con mejores resultados se utilizaba una línea de autorreflexión y autoexploración, en la que las personas expresaban sus experiencias de una forma muy particular: en lugar de hablar de sus emociones, entraban en contacto con sus sensaciones corporales.
A partir de esta información, Gendlin ha empezado a desarrollar una técnica para motivar este proceso experiencial y de conciencia corporal, el Focusing, con el objetivo de mejorar la eficacia y rapidez de los procesos terapéuticos. Este poderoso recurso emocional se basa en la “sensación sentida”, un concepto creado y definido por Gendlin:
“Una sensación sentida no es una emoción. Nosotros reconocemos emociones. Sabemos cuándo estamos airados, o tristes, o contentos. Una sensación sentida es algo que no reconoces al principio -es vaga y lóbrega-; se percibe como llena de sentido, pero sin que conozcamos aún ese sentido. Es una sensación corporal que lleva implícito un determinado significado. Cuando aprendas la técnica del enfoque, descubrirás que el cuerpo, hallando su propio camino, proporciona sus propias respuestas a muchos problemas”.
Esta sensación sentida permite mirar hacia dentro y comprender el sentido que uno le da a ciertos acontecimientos. La terapia experiencial de Gendlin es un recurso que permite prestar atención y escuchar con claridad lo que el interior quiere decir cuando se viven determinadas situaciones.
En su libro, El Focusing en psicoterapia: manual del método experiencial, publicado en 1996, Gendlin demuestra cómo el Focusing puede integrarse en diferentes psicoterapias.
Conceptos clave del Focusing
El proceso desarrollado por Gendlin consta de cuatro principios básicos.
- Principio de la experiencia: cada persona existe en su experiencia, que no se puede prejuzgar ni definirse de forma fija.
- Principio de la autenticidad: se basa en que el ser humano vive en el presente, pero con elementos implícitos del pasado y del futuro. Existe una tendencia innata a lograr el propio desarrollo llevando algo adelante.
- Principio de la interacción: toda experiencia es interactiva y ocurre en el presente.
- Principio de la orientación: cada experiencia tiene una finalidad, y cada experiencia vivida genera implícitamente otros acontecimientos.
“Hay una especie de conciencia corporal que influye profundamente en nuestras vidas y que puede usarse como instrumento para ayudarnos a alcanzar metas personales. […] La sensación-sentida cambiará, se moverá si te acercas a ella en la forma debida. Cambiará incluso al mismo tiempo que estás estableciendo contacto con ella. Cuando la sensación-sentida de una situación cambia, tú cambias y, por lo tanto, también cambia tu vida”.
Eugin Gendlin, filósofo y psicólogo
Los 6 pasos del Focusing
Gendlin describió el Focusing como un proceso de 6 pasos para ayudar a las personas a poner en práctica la técnica. La idea es que estos pasos sirvan de guía para lograr el proceso y que, con la práctica, se convierta en un proceso que ocurra de forma automática y menos mecánica. Lo que se pretende con la técnica es auxiliar a las personas a conectarse con la sensación sentida que se desencadena frente a las diversas situaciones de la vida.
Conectarse profundamente con esta sensación permite acceder a la información que, hasta entonces, permanecía implícita. Para ello, es necesario prestar atención especial al cuerpo, en un nivel que no se hace habitualmente o al que no estamos acostumbrados, sea por la falta de tiempo, por falta de conocimiento o por creencias limitantes absorbidas, que difunden que las sensaciones deben ser omitidas.
A continuación, explicamos los 6 pasos del Focusing desarrollados por Gendlin.
1. Despejando espacios
Con los ojos cerrados, concéntrate en el presente y centra tu atención en tu cuerpo. Relájate poco a poco y observa tu respiración. Activa la escucha activa para recibir correctamente lo que te dice tu cuerpo. Presta atención a tu interior y analiza cómo están las partes internas de tu cuerpo (garganta, pecho, abdomen), recuerda que muchas de las sensaciones que sientes se reflejan en estos puntos.
Observa cómo te sientes y los cambios en estas partes de tu cuerpo mientras reflexionas sobre tu vida actual. Toma conciencia de las respuestas de tu cuerpo y empieza a ver los acontecimientos de la vida desde una perspectiva diferente.
Pregúntate si algo afecta a tu bienestar y pon para fuera los puntos que tu cuerpo te ha indicado, con esto estarás despejando espacios y desobstruyendo el área. Intenta materializar estos puntos, colócalos frente a ti y visualízalos desde cierta distancia, como un espectador. Descansa de esas cargas que has estado llevando y mentalízate de que, aunque tengas problemas, ellos no te definen.
Es importante no juzgar lo que se vive y no intentar analizar los acontecimientos. Sólo tienes que ser consciente de que ellos existen y recibir la información que te da tu cuerpo.
2. Formando la sensación sentida
En el paso anterior, es probable que te hayas encontrado con diferentes problemas o acontecimientos a los que te has enfrentado. Elige uno de ellos para concentrarte, pregúntate a ti mismo qué tema debes atender en ese momento y la respuesta vendrá de tu cuerpo, no de tu mente. Concéntrese en ese tema y centre tu atención en él, recordando tomar una distancia de seguridad para trabajarlo.
Deje que tu cuerpo forme una sensación sentida y compruebe de qué se trata mirando el tema en cuestión. Ten en cuenta que esta sensación no es una emoción, sino una sensación corporal, que puede ser vaga y difusa al principio, pero que pronto toma forma. Por lo general, la sensación sentida aparece en zonas como la garganta, el pecho, el estómago y el abdomen. Hay que prestar mucha atención para reconocerlo, ya que suele ser sutil y se suele pasar por alto.
3. Encontrar un asidero
Permita que esta sensación tome forma a través de una palabra, una frase, un sabor, una emoción o una imagen. Intenta obtener más detalles sobre las características, como: adjetivos, forma, tamaño, color. El objetivo es materializar esa sensación y representarla a través de un símbolo, buscando una forma adecuada de expresar lo que sientes en relación con el tema que estás tratando.
Por medio de la interacción con los símbolos, esta experiencia sentida puede ser más precisa y generar un cambio sentido, que es la experiencia del cambio real o la solución corporal del problema en cuestión. Tómate el tiempo en observarlo desde diferentes perspectivas y con atención a los detalles.
4. Resonando
Comprueba si el símbolo que ha surgido (palabra, imagen, frase, sabor, etc.) y sus características encajan perfectamente con la sensación sentida. Si no encaja, deja que surjan otras opciones y haz tantas pruebas como sean necesarias, hasta que la sensación sentida reconozca que tal símbolo la define realmente. Cuando se tiene esta confirmación, se nota un cambio en la sensación sentida.
5. Preguntando
El objetivo es seguir profundizando en la situación que sientes hasta que notes un cambio que alivie la situación. Sin perder de vista lo que sientes, hazte mentalmente preguntas como: ¿De qué se trata todo esto? ¿Qué hay detrás? ¿Qué lo hace tan...? ¿Qué necesita esta sensación para estar completamente bien? Haz una pregunta cada vez, lentamente, y observa cómo resuena tu sensación. Tómate tu tiempo para repasar las diferentes preguntas y ver cómo se reflejan.
6. Recibiendo
Trata de recibir con una actitud cordial todo lo que ha aparecido en este proceso, sin prejuicios y sin juzgar. Ten en cuenta que toda la información que ha surgido con el Focusing es para ayudarte a entender cómo eres y, en consecuencia, es un proceso positivo para tu evolución. Valora lo que ha surgido durante estos pasos, aprecia la experiencia y lo que ha surgido con el Focusing. Aunque el alivio que ha recibido parezca pequeño, recuerde que se trata de un proceso. Recibe y agradece los pequeños cambios que sientes.
¿Para qué sirve el Focusing?
Desde que ha surgido la metodología del Focusing, esta técnica se ha aplicado en los más diversos ámbitos, ya sea en los negocios, la salud, la espiritualidad, la educación, entre otras áreas. Sea cual sea el ámbito en el que se actúe, esta poderosa herramienta ayuda en el desarrollo del poder personal, a resolver problemas con mayor eficacia, a tomar decisiones, en procesos de sanación, además de aportar habilidades como la creatividad, la intuición y el autoconocimiento. Actuando de forma global, el Focusing crea una profunda sensación de bienestar y plenitud.
Se puede utilizar en cualquier momento y situación que se afronte, ya que permite una comprensión más completa de cómo la persona está afrontando la situación, consigo misma o con otros individuos. Mejora la conciencia corporal, creando una conexión entre la persona y sus sensaciones corporales, en una relación de confianza y comunicación con el cuerpo, para identificar problemas, capacidades y soluciones.
Cuando una persona aprende a escuchar sus sensaciones, empieza a gestionarlas mejor y también puede trabajar en los bloqueos que tiene. Al desarrollar la capacidad de mantener una distancia de observación ante los problemas, la persona puede comprenderlos mejor y permanecer tranquila y descansada incluso cuando se enfrenta al fracaso o en casos de conflicto.
“La técnica del enfoque corporal te hará capaz de hallar y de cambiar tu vida allí donde está bloqueada, oprimida, encerrada, detenida. Y te capacitará a ti para cambiar a vivir desde un lugar más profundo que simplemente tus pensamientos y tus sentimientos.”
La persona que se somete a un proceso de Focusing conectase empáticamente con su cuerpo, y puede utilizar esta técnica para combatir el estrés, la ansiedad y la depresión, ya que los efectos de estos problemas son absorbidos por el cuerpo y se reflejan en las enfermedades.
También es eficaz en casos de enfermedad y malestar, contribuyendo considerablemente al proceso de curación. Focusing es muy eficaz en los casos de crisis existenciales, donde la persona necesita un apoyo especializado para superar sus dificultades, bloqueos y angustias. Además, proporciona una mejora en las relaciones con otras personas. Permite a la persona vivir de forma más auténtica, acercándose a lo que realmente quiere elegir para su vida.
¿Cómo practicar el Focusing?
Para lograr resultados más eficaces y sacar el máximo partido del proceso, se recomienda que el Focusing sea dirigido por un profesional. De hecho, la técnica es un recurso muy potente en los procesos de psicoterapia, ayudando a identificar y tratar lo que genera el malestar emocional. Sin embargo, el método puede ser aplicado por la propia persona, siguiendo los 6 pasos desarrollados por el creador del Focusing, Eugene Gendlin.
- Para practicar el Focusing, es importante estar abierto al autoconocimiento y, principalmente, estar abierto a conectar con uno mismo. El proceso comienza dirigiendo la atención hacia el interior, de modo que es posible tomar conciencia del cuerpo. Se brinda atención de una manera amable y con aceptación, lo que permite estar en contacto con emociones, sentimientos y señales a partir de una sensación corporalmente sentida. En este paso, se observa la propia respiración y se contacta con el cuerpo, preparándose para escuchar lo que dirá y observar sus señales.
- Preguntarte mentalmente qué atención te pide tu cuerpo en este momento y qué necesita ser expresado ayudará a que las respuestas surjan, pero no de tu mente, sino de tu cuerpo. Es fundamental dejar que las sensaciones aparezcan y no tratar de ocultarlas. Intenta observar la sensación sentida y describir lo que sientes.
- Poner para fuera la sensación sentida te permite despejar espacios y descongestionar la zona. También favorece tomar una distancia en la que te sientas seguro y cómodo para atender los temas que tu cuerpo te ha indicado que merecen atención.
- Sin embargo, los temas deben trabajarse de uno en uno. Una vez más, es tu cuerpo el que te indicará qué debe atender en este momento. Pregunta qué genera más malestar, qué pide más atención.
- Luego, busca acoger esa sensación, dale características, como un nombre, un color, una forma. Si esta descripción se ajusta y define exactamente esta sensación, su cuerpo lo confirmará. Esto se percibe con cambios en la respiración, escalofríos o con una sensación de liberación.
- Para cerrar el proceso, acepta y agradece lo vivido y valora los cambios corporales, sobre todo después de vaciar los espacios y descongestionar la zona.
Escrito por
Wellme.es
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Bibliografía del artículo
- Focusing: Proceso y técnica del enfoque corporal: Eugene T. Gendlin, Editorial Mensajero, 2020, Vol 9.
- Los microprocesos del Focusing: Mia Leijssen, Guildford Press, 1998.
- Focusing: una herramienta corporal y mental para la autoexploración y reducción del stress: Joan Klagsbrun. http://previous.focusing.org/es/focusing_una_herramienta_corporal_y_mental_klagsbrun_trad_riveros_031209.pdf