La terapia bioenergética es una psicoterapia corporal desarrollada por el neoyorkino Alexander Lowen y se usa para regular las emociones y su influencia en la estructura muscular, por cuanto permite relajar aquellas zonas tensas, cargadas o que presentan contracturas. Gracias a ello, el paciente puede calmar las emociones que han provocado la tensión muscular.
Pese a que su eficacia resulta controvertida, hoy es uno de los procesos terapéuticos más famosos. Basta con buscar terapia bioenergética y sus opiniones para comprobar sus efectos positivos.
¿Qué es la terapia bioenergética?
El matrimonio Lowen la definió como «la bioenergética es un modo de entender la personalidad humana en términos del cuerpo y sus procesos energéticos. Estos procesos, a saber, la producción de energía a través de la respiración y el metabolismo, y la descarga de energía en el movimiento, son las funciones básicas de la vida. La cantidad de energía de que dispongamos, y el modo en que utilicemos nuestra energía, determinarán cómo responderemos a las situaciones de la vida».
De este modo, en nuestro cuerpo sano la energía fluye con normalidad. ¿Qué quiere decir esto? Que reaccionamos con naturalidad a todo aquello que acontece en nuestra vida y, de este modo, reímos si algo nos provoca risa, lloramos cuando estamos tristes, estamos cabizbajos cuando nos acechan las preocupaciones… Todas ellas son reacciones normales de nuestro cuerpo a cualquier suceso y si las aceptamos, si las dejamos fluir con libertad, notaremos que poco a poco la incorporamos a nuestro estado emocional y las superamos, porque aprender a aceptarlas favorece que se dejen atrás con rapidez.
Pero he aquí que muchas veces no aceptamos esos sentimientos, bien porque nos asustan, bien porque nos provocan desazón, bien porque tenemos miedo de lo que suponen. Y entonces tratamos de reducirlos, nos obligamos a bloquearlos para que no nos hagan daño. Y lejos de solucionar el problema, lo agravamos más, pues sobrecargamos el organismo y la energía deja de fluir con normalidad. Ello se deja notar en las tensiones, consecuencia directa de que el flujo de energía corporal está bloqueado.
Así pues, como ya hemos adelantado, la terapia bioenergética es aquella mediante la cual podemos relajar aquellas partes del cuerpo se mantienen tensas o rígidas como consecuencia de problemas emocionales. Los más frecuentes son el estrés y la ansiedad. Estas emociones, cuando no se liberan de manera adecuada, puede dejarse notar en nuestro movimiento, en la postura corporal, en molestias y dolores musculares, como contracturas.
De ahí que la bioenergía sea tan interesante, puesto que nos permite ser conscientes de nuestro cuerpo, de la energía y de cómo las emociones provocan reacciones en músculos que nos impiden seguir con nuestra rutina o desarrollar una vida plena y equilibrada. Gracias a determinados ejercicios respiratorios y posturales podremos conseguir recuperar de nuevo la energía y que esta se mueva con naturalidad.
De este modo, la actitud con la que enfrentemos los problemas, la aceptación de las emociones negativas, nuestra respuesta a los conflictos determinará que la energía de nuestro cuerpo discurra con normalidad.
Origen de la terapia bioenergética
El origen de la bioenergía hay que buscarlo en la primera mitad del siglo XX. Wilhelm Reich, discípulo de Freud, fue un psicoanalista que estudió la relación que existía entre el carácter y su estructura muscular. Este médico, psiquiatra y psicoanalista judío, pero nacionalizado estadounidense, investigó lo que llamó la energía del orgón. Reich creía que el estrés, que bautizó con el nombre de orgón, era la energía eléctrica que constituía el sistema nervioso neurovegetativo. De este modo, para el científico, cuando esta energía esotérica descendía, aparecían las enfermedades en los individuos.
El único modo de recuperar esa energía era, según pensaba Reich, encerrarse en un acumulador de energía, que no era más que un pequeño mueble armario con una silla donde el paciente se acomodaba hasta que el estrés volvía a fluir y la energía canalizaba su organismo.
La historia de la bioenergética se la debemos a Alexander Lowen, un médico discípulo de Wilhelm Reich que aprendió, gracias a los deportes que practicaba y el yoga, lo importante que era la relajación muscular de Jacobson para aliviar algunos problemas psicológicos, como los nervios, el estrés y la ansiedad; incluso los ataques de pánico.
El médico neoyorquino, también abogado y científico, creo el primer método de terapia corporal, la caracteroanalítica y, en 1956, llegó a abrir las puertas de una clínica especializada en análisis bioenergético y terapia psicológica: International Institute for Bioenergetic Analysis (IIBA).
Para este científico, la energía corporal, la mente y el cuerpo son uno solo, razón por la cual están relacionados para determinar el bienestar de los individuos. La energía recorre el cuerpo en un flujo que va desde la cabeza a los genitales. Si este canal se interrumpe o bloquea, comienzan los problemas. Así pues, cualquier alteración en uno de ellos provoca una reacción que afecta a la salud del sujeto. Ello explicaba, según Lowen, por qué cuando una persona sufría un problema, este no solo se manifestaba en su mente, con estrés, ansiedad, depresión…, sino que también se dejaba notar en su cuerpo, en las corrientes de energía que recorrían su cuerpo. Y de ahí se traducía en enfermedad. Por ello había que tratarlo todo en un conjunto. Además de la bioenergía, Lowen es el padre de la vegetoterapia.
¿En qué se basa una terapia bioenergética?
La terapia bioenergética trata de que los pacientes recuperen su equilibrio vital por medio de las distintas funciones orgánicas, esto es: la motricidad, las emociones, la respiración y la expresión. De este modo, el sujeto tendrá que liberar ese exceso de estrés o tensión para que se produzca el equilibrio emocional y corporal.
Para ello, el terapeuta, experto en medicina bioenergética, propondrá una serie de ejercicios según las tensiones que presente el sujeto y el problema psicológicos que manifieste. Así podrá acercarse al subconsciente y a la experiencia dolorosa o al problema del individuo.
Todo esto es necesario para que el profesional pueda conocer de primera mano la personalidad del paciente, sus sentimientos y reacciones psicológicas y cuál es su carácter para poder ofrecerle la mejor técnica bioenergética al sujeto.
Conforme comienza a desarrollar las técnicas, y con los ejercicios adecuados que haya dictaminado el terapeuta, el paciente notará que paulatinamente se irá relajando, notará un descenso de la tensión corporal y de la tensión emocional, lo que le permitirá liberar sus emociones y dejar fluir los problemas.
De este modo, la terapia implica una toma de conciencia del paciente, es decir, que este sepa identificar lo que le pasa, cuál es el origen del problema: que descargue sus emociones, es decir que exprese cómo se siente y qué siente ante el problema que tiene y, por último, que sea capaz de desbloquear la energía asociada a ese problema para que discurra con naturalidad por su interior.
Principales técnicas de terapia bioenergética
Cuatro son las técnicas más utilizadas en terapia bioenergética, a saber: la respiración, los ejercicios bioenergéticos, los masajes y la meditación. Veámoslos con más detalle.
1. Respiración
Las contracturas y demás tensiones musculares que son consecuencia de trastornos mentales como el estrés o la ansiedad, por ejemplo, alteran el ritmo de la respiración. Por tanto, el terapeuta propondrá una respiración profunda y pausada para localizar dónde esta el bloqueo o cuál es el origen del problema emocional.
2. Ejercicios bioenergéticos
No se trata de hacer gimnasia ni de ejercicios mentales, sino de estiramientos y movimientos pélvicos que son vigilados por el terapeuta para desbloquear las emociones que impiden el natural flujo de energía y originan las contracturas.
3. Masaje
Se trata de un remedio sumamente extendido para relajar los músculos y aliviar las tensiones. El objetivo es complementar las respiraciones y los ejercicios para que se atienda a aquellas partes del cuerpo de sujeto que alcanzan las técnicas anteriores. De este modo, el terapeuta puede optar por un masaje calmante o por uno que reducirá las tensiones musculares fruto de los problemas emocionales.
4. Meditación
Como los masajes, son complementos que ayudan a controlar la actividad cerebral y a recuperar la calma interior. Así, el paciente acepta sus emociones y es capaz de incorporarlas con naturalidad a su vida.
Tipos de terapia bioenergética
La bioenergía es un procedimiento terapéutico que tiene como objetivo recuperar el correcto flujo de la energía vital. Dentro de este método terapéutico los investigadores señalan dos tipos de terapia: la terapia bioenergética cuántica y la terapia psicológica bioenergética. Las dos persiguen lo mismo, recuperar la energía, que esta se canalice con naturalidad, pero su acercamiento es diferente. Veamos en qué consiste cada una.
-
Terapia bioenergética cuántica
La terapia bioenergética cuántica es aquella que aúna cuerpo y mente, que investiga el modo en el que la energía que fluye dentro de nosotros nutre la mente y se nutre de los distintos órganos que componen el cuerpo humano.
Es tal la simbiosis que existe entre cuerpo y mente que si sufrimos un problema emocional puede afectarnos a los órganos e impedir su correcto funcionamiento aun cuando estos estén sanos.
La terapia bioenergética es holística, por cuanto todo está relacionado: la mente y el cuerpo. Forman una unidad siguiendo el holismo, en el que ese todo es diferente de la suma de las partes que lo forman. De hecho, muchos investigadores desconocen hasta dónde profundiza la consecuencia o la reacción que provoca un sentimiento. ¿Cómo es posible que una emoción tenga consecuencias en el funcionamiento corporal?
Este tratamiento cuántico bucea en las afecciones físicas que alteran el alma y trastocan el equilibrio emocional de una persona. Para ello puede emplear técnicas como el PCT o Pulso Cuántico del Corazón, que consiste en analizar el ritmo cardíaco, pues este órgano ayuda a diagnosticas muchas enfermedades. Observando el pulso del corazón se puede explicar el porqué de esas afecciones para buscar un tratamiento que las cure.
-
Terapia psicológica bioenergética
Por su parte, la terapia psicológica bioenergética persigue desbloquear las limitaciones emocionales, las enfermedades del alma, para recuperar el equilibrio vital. Este método ayuda a conocer el cuerpo y la mente, a ser conscientes de las emociones, a valorar la unión que existe entre mente, cuerpo y emociones y a observar como determinadas emociones despiertan una serie de reacciones en nuestro cuerpo.
El objetivo primordial es conocernos a nosotros mismos y aprender a mantener en equilibrio las emociones, lo cual redundará en el equilibrio mental y en un posterior equilibro de energía.
Para ello se recurre a varios métodos como la meditación y la respiración, que, rodeadas de silencio, hacen posible que el individuo se concentre en las emociones y en la huella que estas dejan en su cuerpo.
¿Para qué sirve la terapia bioenergética?
La terapia bioenergética se recomienda en personas con problemas emocionales que, además, padecen sus secuelas en el cuerpo, con movimientos compulsivos, malestar estomacal, cefaleas y otras somatizaciones de trastornos psicológicos. También pueden manifestarse en dolor en el pecho, contracturas y dolores musculares, tensión mandibular, dolor en caderas, piernas y otras articulaciones, etc. De este modo, está indicada para pacientes que sufren ansiedad, fobia, ataques de pánico, trastornos obsesivo-compulsivos, depresión, trastornos alimentarios, estrés postraumático, estrés, agresividad, etc.
Gracias al psicoanálisis sabemos que gran parte de los trastornos psicológicos ocurren en momentos de tensión, como un exceso de trabajo, un cambio repentino, la pérdida de un ser querido, estrés, una agresión, un suceso traumático, etc. Algunos de ellos hunden sus raíces en la infancia y la adolescencia y, pese a que el individuo ha rehecho su vida y parece llevar una existencia plena, tiene un conflicto emocional no resuelto que en cualquier momento puede aparecer de la manera más brusca y agresiva.
Por eso, los profesionales que desarrollan esta terapia quieren que sus pacientes liberen esos sentimientos reprimidos durante tanto tiempo para que aprendan a incorporarlos a su vida, a asimilarlos. En el instante en el que el sujeto alcanza ese conocimiento interior es capaz de disfrutar de su plenitud emocional y notará que los síntomas externos disminuyen.
Beneficios de la terapia bioenergética
Los beneficios de esta terapia de reconocimiento del yo interior, de fusión de cuerpo, mente y emociones, son muchos. Aquí señalamos los más destacados:
- Libera tensiones (físicas —musculares, óseas— y psicológicas).
- Expulsa sentimientos ocultos o reprimidos que determinan el carácter, el comportamiento o la forma de ser.
- Incrementa la vibración corporal.
- Ayuda a desbloquear el movimiento de energía interior.
- Permite conocerse a uno mismo y ser consciente de las emociones y cómo estas influyen en nuestro cuerpo físico.
- Favorece una correcta respiración.
- Mejora la autoestima y la confianza en uno mismo.
- Ayuda a gestionar mejor las emociones y las reacciones ante determinados sentimientos.
Principales ejercicios de la terapia bioenergética
Hemos hablado de técnicas que ayudan a que la energía interior fluya. Ahora vamos a proponer algunos ejercicios para relajar cuerpo y mente, ayudar a que las emociones salgan y conseguir el equilibrio metal y físico. En internet hay imágenes que pueden ilustrar esta terapia bioenergética ejercicios.
1. Ejercicio vibratorio y toma de tierra
Este ejercicio se practica de pie, con las piernas separadas unos veinticinco centímetros y los dedos flexionados hacia dentro. El paciente debe, con las rodillas un poco flexionadas, doblar la cintura y tocar el suelo con las manos. La cabeza no tiene que estar tiesa ni en tensión, sino que debemos permitir que cuelgue a su aire para que el cuello se relaje. Una vez en esa postura, respiraremos profundamente. A continuación, nos inclinaremos un poco hacia delante. No importa si levantamos los talones y nos apoyamos directamente en los dedos. Así permaneceremos un minuto.
2. Flexionando las rodillas
La posición de partida es similar, pero separaremos menos las piernas, unos veinte centímetros. Acto seguido, hay que prestar atención a cómo están las rodillas y los pies. Estos hay que doblarlos hacia fuera. Entonces apoyaremos el peso del cuerpo sobre los talones. Luego, pondremos los pies en paralelo y nos inclinaremos hacia adelante sin levantar los talones del suelo, pero haciendo que el peso recaiga sobre los dedos. Y flexionaremos y estiraremos las rodillas seis veces con un intervalo de treinta segundos.
3. El arco
La postura es la misma, pero con las piernas separadas unos cuarenta y cinco centímetros, las rodillas flexionadas, el peso apoyado sobre los talones sin levantar los pies del suelo, que estarán mirando al interior. Nos llevaremos las manos a la zona lumbar y apoyaremos los nudillos. Después nos arquearemos hacia atrás, sin mover el peso del cuerpo, y respiraremos profundamente.
4. Dejando salir el vientre
Este ejercicio es muy similar al anterior, con la salvedad de que nos arquearemos hacia delante y dejaremos salir el vientre, que estará en tensión. En este ejercicio las respiraciones deben ser normales, pues se trata de notar la rigidez de esa zona del cuerpo. Tumbados podemos hacer otros ejercicios, como mover la pelvis, ejercicios de vibración o expiraciones.
En definitiva, como señala Juan José García Jiménez, la «bioenergética pretende resquebrajar lo que Reich llamó la “armadura del carácter” para poder liberar así los sentimientos y la libre expresión del cuerpo».
Escrito por
Wellme.es
La web de terapias alternativas, corporales y psicológicas. Encuentra aquí la información que necesitas para cuidarte, sentirte bien y en armonía. Artículos de actualidad sobre los principales tipos de terapia y ejercicios prácticos para lograr un cambio positivo en tu vida.
Bibliografía del artículo
- García Jiménez, J. J. La Bioenergética; el cuerpo, la expresión y la terapia. Disponible en http://www.laenfermeria.es/apuntes/otros/ciencias_alternativas/bioenergetica.pdf.
- Lowen, A., Lowen, L. Ejercicios de bioenergética. Málaga: editorial Sirio, 1989.